viernes, 9 de junio de 2017

Diosas del Mar

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En muchas culturas el mundo surge de un universo amorfo, oscuro y acuoso. Se creía que éstas eran las aguas primigenias ilimitadas de las cuales surge el orden, dando lugar a las estrellas, el sol, la luna y la Tierra. Por ello el mar simboliza una poderosa fuerza creadora que contiene las semillas del caos y por lo tanto también puede ser destructora. A la vez es una fuerza desconocida, que actualmente impulsa a la humanidad a devenir co-creadores de un nuevo mundo o de una forma diferente de ser y a eliminar aquello que ya no es útil o beneficioso.

El agua es símbolo de la intuición, los sueños, los afectos y las emociones. Usualmente este elemento tiene una energía femenina y es el que más se ve afectado por la luna y sus cambios. El agua fluye, así como las palabras, los pensamientos, la creatividad y el conocimiento. Lo que no fluye, se estanca y se pudre. Por lo tanto, el agua en general y el mar en particular simbolizan la necesidad de movimiento. 

El mar nos recuerda que debemos ser humildes, puesto que somos incapaces de controlarlo y dominarlo, ni siquiera de conocerlo. En un reportaje sobre la defensa del mundo marino afirma que el 90% de los recursos del océano han sido explotados y muchas de sus especies están extintas o en vías de extinción. Aún así, el océano ha probado ser igual de enigmático y desconocido como el infinito universo que nos rodea.


Entre las diosas de los mares están:
Afrodita, diosa griega del amor
Sedna, diosa inuit del mar 
Neith, diosa egipcia de las aguas terrenales y celestiales
Yemayá, diosa Yoruba del mar
Tiamat, diosa del agua salada
Asherah, diosa ugarita y "señora del mar"
Manimekhala, diosa hindú, "guardiana de los mares"
Namaka, diosa hawaiana del mar

Sus profundos abismos no han sido visitados por humanos, sus misteriosos monstruos (por ejemplo los calamares gigantes) permanecen aún sin ser divisados vivos. Es por ello que el océano se considera un símbolo del inconsciente. Es un espacio al que nos metemos con cuidado, con respeto y sin embargo sigue enviándonos constantemente sus regalos y sus tesoros. De lo profundo de sus entrañas de fuego surgen islas encantadas y poderosos volcanes, inesperados tsunamis, así como temibles maremotos que destruyen las costas. 

Esta es una invitación a considerar el poder del océano tanto en la realidad material como a nivel simbólico en nuestras vidas. Puesto que el piso oceánico y sus profundidades nos son hasta ahora desconocidas y las diosas del mar nos llaman a atrevernos a explorar esas profundidades en nuestra propia psique. También nos invitan a adentrarnos en nuestras emociones más indómitas y a abandonar lo superficial. Para atrevernos a ese cambio, es importante contactarnos con los sueños y los deseos, puesto que ellos nos revelan las posibilidades que se abren ante nosotros.

Fuentes:
Shahrukh Huasain, La Diosa
Galen Gillote, Sacred Stones of the Goddess

4 comentarios:

ACS dijo...

Aunque me fascina, le tengo miedo al mar... El agua no es mi elemento, no la puedo controlar ni puedo sobrevivir en ella. Es más, sería como un camino rápido a la muerte. Debe tener algo que ver con lo que dices del inconciente, porque en muchas de mis pesadillas hay tsunamis, olas que golpean contra la casa en la que estoy, ahogados...

Pero estoy muy lejos del mar, aunque me fascine...

Noemi Risco Mateo dijo...

Hola,
A mí también me gustan las ilustraciones de Josephine Wall. Crea un mundo de ensueño, lleno de infinidad de detalles y color :-)
Saludos,
Tanakil.

Oonagh dijo...

Derrelicto: Es comprensible que tengas esos sueños y ese temor al mar, ya que además de representar el inconsciente personal y colectivo, también es el lugar donde residen las emociones y los recuerdos, los sentimientos reprimidos y los instintos. A lo mejor arremeten contra ti en forma de olas gigantescas los sentimientos y los instintos que necesitan un espacio para expresarse y a los que no les estás "escuchando". Gracias por tu visita, siempre es bueno verte por acá.

Tanakil: Gracias por venir tan pronto a visitarme. Es cierto, las ilustraciones de Josephine Wall construyen un mundo propio, y a la vez expresan con belleza lo que pasa en nuestro mundo interno. La sirena reina es una imagen de Nene Thomas... por si querías saber.

lucia vasconez dijo...

Me encanta tu artículo.
A mí me encanta el mar en la costa. Me gusta entrar en él y jugar con y en el agua.
El mar es cambiante, se enoja, a pesar de que su apariencia, a la distancia, en constante. Parecería que siempre está igual.
Cierto que también me da miedo, porque tiene una fuerza, una energía que puede acabar con todo.
El inconsciente para mí es más desconocido que el mar. No llego ni a la orillita...