lunes, 9 de julio de 2007

Hablemos de "La Innombrable"

En este caso no me refiero a los amores imposibles, ni a aquellos que nos han roto el corazón, sino a La Muerte. ¿Por qué innombrable? Bueno, ¿cómo podemos hablar de algo que no es una experiencia (en el sentido filosófico)? Es muy difícil hablar de algo de lo que nada se puede decir, ya que no he pasado por esa experiencia. Suponiendo que hemos tenido vidas pasadas, pues me imagino que es "algo" de lo que una se olvida, para poder vivir la vida nueva, de lo contrario sería un tormento. Pero, debido a que la muerte es sin lugar a dudas lo único certero en esta vida, es como una brújula que señala nuestro norte o nuestra meta "final", es también un arquetipo. Hay dos cuentos que me gustan donde La Muerte es masculina: "Godfather Death" o "El doctor y la muerte", que pueden encontrar en la web, ya saben dónde (http://www.surlalunefairytales.com/) y "The Graveyard Rose". Ésta última es una historia en el libro de Rosemary Harris, The Lotus and the Grail. Las ilustraciones del libro son hechas por Errol Le Cain, pero no las encontré en la web. Así que puse ésta hermosa que ilustra bien el sentimiento arrebatador (en el sentido de que nos saca de la realidad ordinaria, como lo hacen los cuentos de hadas...) que evoca el aroma de las rosas.

"The Graveyard Rose"
La historia narrada por Harris es una adaptación de una leyenda gótica alemana donde el personaje principal es la hermosa Magdalena, tan hermosa que rechazaba a todo hombre que la quisiera por esposa, ninguno era lo suficientemente... pues nada. Hasta que ella ya no era joven y sus opciones se acababan por lo que dijo que al único a quien desposaría sería a la Muerte (sufrió algo parecido a una depresión). Entonces una "voz baja y vibrante" terminó con los sollozos (y quejas) de la joven. Ésta provenía de un hombre hermoso, más que ninguno, pálido y de amable sonrisa (decir cálida sería una contradicción). Estaba elegantemente vestido, pero con un traje de terciopelo negro, que evidentemente mostraba duelo. Sus oscuros y penetrantes ojos la miraban como una caricia de brisa primaveral y aún así... Magdalena tenía sus dudas respecto de este hermoso extraño que venía a pedirla en matrimonio... porque ella dijo que sólo se casaría con la Muerte. Es así que (hay que tener cuidado con lo que se desea, ya que puede hacerse realidad) en una visión de horror sin nombre, ella trae sobre sí misma y sobre su familia el manto oscuro de la Muerte, quien en un abrazo infinito la posee, en el sentido literal, y tres días después es enterrada, aún incorrupta y bella. Días después una hermosa rosa se abre sobre su tumba... ¿Quieren saber el resto?
Todo el cementerio estaba inundado por el perfume de la rosa color rojo-sangre, de tal manera que el joven Príncipe Augusto decidió llevarse la hermosa flor a su palacio. Esa rosa -dice el sirviente, que normalmente tiene los pies más en la tierra que su joven "amo"- no puede traer nada bueno, ya que surge del corazón de una doncella muerta. Ella le está llamando desde la tumba y él (Augusto) está cortejando a la misma Muerte. Ella podría venir a recuperar su corazón! Cuidado a la medianoche! (Hora en la que el portal entre los mundos se abre y es factible ser presa de algún "fugitivo" del otro mundo). Evidentemente el joven Augusto se rió...

El príncipe se había enamorado de la rosa de aroma dulce y pungente... "Es más hermosa que cualquier mujer que haya visto". Dejó su cena intocada en su habitación y se fue a dormir. Soñó aquella noche con el cementerio y la tumba donde estaba la rosa. Repentinamente la tumba se abrió y adentro encontró a una hermosa joven que estaba durmiendo con la Muerte. Ella se despertó y le miró, pero la Muerte también y la abrazó con más fuerza y ella gritó. Augusto se despertó para ver que su vino y su comida habían sido degustados por alguien muy hambriento.

La rosa estaba perfecta a la mañana siguiente, dormitando sobre el sombrero del príncipe. Esa noche Augusto se declaró enfermo y dejó la comida y la bebida a lado de su sombrero. Se escondió cuando se acercaba la medianoche y vio que justo al dar el reloj las doce, la flor creció y su aroma inundó toda la habitación. Tanto creció hasta que se convirtió en la bella doncella del sueño. Comió y bebió; cuando él se acercó, ella desapareció, convirtiéndose en rosa nuevamente...
Bueno, lo que no sabía el joven príncipe es que la Muerte estaba enamorado de Magdalena... y no la iba a dejar ir tan fácilmente. La Muerte en esta historia, al tomar irónicamente "vida", es implacable. Se parece mucho menos a la muerte de Saramago en "Las intermitencias de la muerte" (Me gustó el principio, se cayó al final), ya que es una Muerte decidida. No hay espacio para cursilerías dulzonas, ni para ternuras diluidas, sino que toma lo que le es ofrecido con vehemencia. Es una muerte deseante. ¿Acaso no es así mismo viva o muerta? Y otra cosa de la muerte en los mitos y en los cuentos, es una Muerte bien ética y desprejuiciada. Ella llega a todos por igual, sin diferenciar edad, género, gustos, gastos, etc. Y además siente amor y a veces, compasión...

1 comentario:

ACS dijo...

Qu� bonito eso de que nos venga una muerte como una dama hermosa, para prepararle la cama para dos... Sea como sea, que no venga todav�a, creo que es muy pronto.