sábado, 5 de enero de 2008

Las Damas Blancas

"Íbamos, como si desenroscáramos un viejo tapiz entre los árboles... y el tapiz arrastraba en su tejido las flores diminutas y las constelaciones."
Manuel Mujica Láinez


Al entrar a los bosques o jardines amigablemente, olvidas por un momento la materialidad de lo que te rodea. Te adentras a un espacio de ensueño, donde las nociones de finitud y de pequeñez se transforman en borrosos vapores. En su lugar aparecen translúcidos y cristalinos sueños, donde las dimensiones de lo fantástico se suceden, dando una nueva significación a las horas, las distancias y los horizontes.

En estos, a veces fugaces, momentos de lucidez y comunión con el espacio maravilloso y mágico, fuera del orden invertido en el que vivimos, se produce una creación alquímica entre la materia imaginal y el espíritu imaginativo, transportándonos a una fulgurante y sutil alianza entre el aire, el agua y el alma.

Hemos sido bienvenidos por las canciones de las ranas, a los altares de la naturaleza, a la pureza de las fuentes sagradas, donde aún se escucha el eco de plegarias de la antigüedad, y nos internamos en mundos donde las hadas y los seres élficos moran, bailan, cantan, confundiéndose entre los velos de la bruma. Sentimos el perfume de los habitáculos de los seres pequeños y escuchamos susurros que se confunden con la brisa. Árboles, arbustos, plantas y flores están habitados por seres mágicos que los definen y defienden...

Aparecen entonces las Damas Blancas, corrientes energéticas y vitales en los parajes silvestres e incontaminados, como selvas y bosques vírgenes, cascadas, montañas y sierras, barrancos... a veces se las puede ver guardando manantiales naturales o fuentes. No se las debe confundir con los fantasmas atormentados que pululan en los antiguos castillos, ya que éstas hadas simbolizan la pureza del mundo y se las ve cuando las nubes se funden con los horizontes del otro mundo, en el eterno claroscuro de la memoria.

La Dama Blanca es un "genius loci" o un ser que protege el alma de un sitio específico, otorgándole a dicho paraje un aroma especial, así quien ahí entra, sea con un propósito o no, se siente como flotando sobre las ramas y las brumas, y los animales y plantas son extraños. Pocos seres humanos serán favorecidos con la visión de esta hada y convierten al lugar donde habitan en sagrado y por lo tanto debe ser reverenciado, manteniendo su pureza. Las damas blancas son altas y delgadas, llenas de gracia y belleza translúcida. Sus vestidos son blancos y brillantes, como si estuvieran hechos de luz de luna. Quien tiene un encuentro con este ser mágico de seguro va a ver su pensamiento y por lo tanto, su vida, trastocados para siempre...

Fuentes: Teresa Martín, "Vida, secretos y costrumbres del mundo encantado de las Hadas"; Anna Franklin, "El Anillo de las hadas", Pierre Dubois, "The Great Encyclopedia of Faeries".

1 comentario:

Oonagh dijo...

Quiero añadir un poco de información con respecto a las damas blancas, que encontrén en internet, para quienes estén interesados en profundizar sus conocimientos sobre estos seres:

"Viven especialmente en Alemania y países colindantes, donde se las llama Weisse Frauen. Medran cerca de los castillos antigüos o en los arbustos sagrados.
Estas damas blancas pertenecen a la comunidad más selecta de las hadas, y representan las virtudes y los ideales más elevados. Visten atavíos blancos de gran pureza, y su espirítu es bondadoso y compasivo. Ayudan a todo el que haya en una coyuntura desesperada; como a un viajero que se haya extraviado en su camino; truecan las piedras y flores en amuletos y talismanes, particularmente ayudan a las enbarazadas en los partos difíciles, e incluso hacen cesar huracanes y tempestades si se les invoca debidamente. Hacen crecer el trigo y convierten la paja en oro.
Sin embargo, si algún humano las irrita o enoja, bueno será que procure a placarlas al instante, puesto que su cólera es tremendamente terrible."

http://www.inza.com/ainoa/hadas.html