viernes, 29 de junio de 2007

Las hadas tienen ojos verdes


"¿Dónde está lo real: en el cielo o en el fondo de las aguas?
Gaston Bachelard

¿Será que detrás de sus ojos se encuentra la violencia de la naturaleza, su energía implacable, el eterno femenino? ¿Será que en ellas habitan los remanentes de la paradoja, el límite entre lo humano y lo divino, lo sagrado indiferenciado, aquello que por su dualidad es incontrolable y por tanto cada vez más ajeno a esta sociedad, a esta destructora y controladora humanidad? El deseo de someter, destruye no sólo a aquello que se desea controlar, sino al controlador mismo, que aleja de sí la energía creativa que surge del caos y que sólo el Amor puede integrar en la danza universal.

Surgen de la profunda penumbra un par de ojos verdes, 

"luminosos y transparentes, como las gotas de la lluvia que resbalan sobre las hojas de los árboles después de una tempestad de verano". (Gustavo Adolfo Bécquer "Los ojos verdes")

Detrás de aquellos ojos, el agua. Sí, porque las hadas de ojos verdes tienen una profunda relación con el agua. No sólo me refiero a las sirenas y a las ninfas, también a las korrigans, lamias, xanas, lunias, janas y ondinas, gojes, alojes, asrai, glaistig y selkies, entre otras. 

El agua es el espacio del inconsciente y de los afectos. Ésta forma parte de los sueños y de la fantasía, más allá del tiempo, y la tierra se refleja en ella, para vivir el misterio de lo fabuloso.
En la hermosa leyenda de Bécquer, "Los ojos verdes" un joven noble, llamado Fernando de Argensola, se adentra en un bosque siguiendo a su presa de caza, un ciervo. No escucha a su joven montero y se adentra en un territorio vedado a los humanos y mira a una criatura considerada maligna, de inmensa belleza, etérea, encantadora y se enamora de su visión. Este amor le produce la pérdida de color en la piel y el ánimo sombrío. 

Fernando recuerda que al entrar en este territorio encantado todo es frescura placentera y sonidos llenos de poesía que acarrean las aguas. Este paraje maravilloso es su lugar de eterno retorno, va allí todos los días sólo para ver si la encuentra nuevamente. Hasta que una tarde la encuentra, peinando su larga cabellera dorada, metida en el agua y con unos ojos que han clavado su mirada en el centro del corazón del joven, unos ojos de un color imposible, ojos verdes... El joven encantado con la mirada de aquel ser encantador y maligno, no escucha las advertencias de sus consejeros de alejarse del lugar y hechizado por las palabras de amor de esta hermosa mujer, la sigue hasta las profundidades de su morada:
"Fernando dio un paso hacia ella...,otro, y sintió unos brazos delgados y flexibles que se liaban a su cuello, y una sensación fría en sus labios ardorosos, un beso de nieve,...y vaciló,..., y perdió pie, y cayó al agua con un rumor sordo y lúgubre.

Las aguas saltaron en chispas de luz y se cerraron sobre su cuerpo, y sus círculos de plata fueron ensanchándose, ensanchándose, hasta expirar en las orillas".

Fuentes: "Vida, secretos y costumbres del mundo encantado de las Hadas" de Teresa Martín.

jueves, 28 de junio de 2007

Diosas y hombres

En los cuentos de hadas y en las leyendas populares del mundo existen varias historias en las que un humano se enamora de un hada o de una diosa, pero casi nunca resulta una unión ventajosa para ninguno de los dos, especialmente para el humano. Y es que lo divino reside en un mundo interno, y solamente allí pueden unirse los dos amantes. De hecho, desde Jung, la unión con la pareja divina interna, es el encuentro con el ánima (en los hombres su mujer interior) o con el ánimus (en las mujeres, su hombre interior) y esta sagrada unión dará lugar a la integración y el encuentro con el Self, es decir, la individuación. La meta más importante en la vida de un ser humano, también llamada iluminación.

Kaguya Hime
El sueño de un gran amor se celebra en todo el mundo, es la energía desbordadora del romance que da lugar a las expresiones más bellas y más creativas de la humanidad. Uno de esos maravillosos cuentos es:"Kaguya Hime" o "El cuento del talador de bambú". Un cuento japonés que data unos mil años y que narra la historia de un talador de bambú y su esposa y el encuentro con la maravillosa niña a quien llaman Kaguya Hime. La niña muy pronto se convierte en una hermosísima mujer, pero, a pesar de los múltiples admiradores y en especial, el amor del emperador, Kaguya Hime desea regresar con su gente de la luna. El amor viene de múltiples maneras, ésta es la de los padres por sus hijos divinos, claro está que el emperador también aprende que vivir por siempre sin amor no se puede.


Tanabata

Otra maravillosa historia imposible de amor entre una diosa y un mortal, proviene también del Japón. Es la historia de Tanabata. Hoy, Tanabata también es un festival, llamado "festival de las estrellas", que se celebra el séptimo día del séptimo mes, en donde las estrellas Altair y Vega, normalmente separadas por la Vía Láctea se encuentran en el cielo. Es una celebración donde los árboles y las calles se decoran con coloridas lámparas de papel y las jóvenes escriben peticiones de amor en unos papeles de colores que cuelgan de los árboles. La versión más hermosa de este cuento la encontré en el libro "los siete mejores cuentos japoneses", sin embargo, existen varias versiones en el internet, que rescatan más la intervención del dios del cielo en la vida de su hija Tanabata y un joven pastor de bueyes, que el encuentro fortuito de ambos, que suele ser en la vida humana lo que normalmente da pie al encuentro con el amor...

En la historia, un joven aldeano encuentra un hermoso vestido brillante de plumas que pertenece a una diosa llamada Tanabata, que estaba tomando un baño en el lago. El muchacho, al ver a la muchacha desnuda y asombrosamente hermosa, la llevó a su casa, sin mencionar que él poseía el vestido, y la tomó como esposa. Los dos vivieron felices por un tiempo hasta que la muchacha encontró el vestido. Ella, luciendo el vestido se despidió de su amor, alzándose hacia el cielo, dejándole antes la tarea de tejer mil pares de sandalias de paja y enterrarlas aldedor de un árbol de bambú. El joven quedó desconsolado al ver partir a su amada esposa, pero al amanecer del día siguiente empezó a tejer las sandalias. Al terminar, las enterró alrededor del árbol, que empezó a hacersa cada vez más grande, alzándose hacia el cielo. El joven subió por el árbol, pero sólo había hecho 999 pares de sandalias, por lo que justo antes de tocar el cielo con las manos, el árbol se detuvo. Entonces llamó a su amada Tanabata que al mirarlo le ayudó a entrar en el cielo. Inundados de felicidad por estar reunidos de nuevo, se amaron.
Al padre de Tanabata no le gustó la unión de su hija con un mortal (a diferencia de la leyenda que circula, donde es él quien promueve la unión de su hija con el pastor, pero le molesta que ambos hayan descuidado sus labores, ya que estaban entregados a su amor), por lo que le trataba mal y le daba mucho trabajo para hacerlo infeliz. Finalmente, al ver que no podía separar a su hija del joven, el dios del cielo decide encargarle el campo de melones por 3 días y 3 noches. Tanabata advierte a su esposo que no probara ninguno de los melones, mas al tercer día de calor y cansancio el joven no pudo soportarlo más y tomó uno. Inmediatamente de la fruta salió una gran corriente de agua que se volvió un río separando a Tanabata y a su esposo por siempre. Es así que los dos amantes se miraron el uno al otro a cada lado del río hasta convertirse en dos estrellas que se reencuentran una vez al año la noche del siete de julio y se los puede ver brillantes en una noche despejada.

martes, 26 de junio de 2007

El nombre

Los nombres en las tradiciones antiguas se ponen a una persona alcanzada una cierta edad o grado de desarrollo espiritual, no sólo como un rito de paso, sino también para indicar que se deben alcanzar en este estadio de la vida (sea transitorio, o duradero) ciertas cualidades. Es decir, no solamente alude a una característica intrínseca del sujeto (varón o mujer), sino a aquello que deberá lograr como meta, algo que debe desarrollar a lo largo del camino de la vida. Por lo tanto, el nombre, además de describir a la persona en el momento actual de la existencia, también le señala aquello que le permitirá evolucionar como ser...

Algunos nombres son impuestos por un/a anciano/a del clan o del colectivo al que pertenece el sujeto y otros son elegidos voluntariamente por una persona que cree poder encarnar esas características en esta vida. No siempre el nombre que se elige describe a la persona en su momento actual, pero sí invita a esas características deseables a manifestarse.

El nombre Oonagh, en mi caso, alude a esas características deseables que invito a que formen parte de mi existencia. En el internet se encuentra la historia de Oonagh, la gigantesa, casada con Finn McCool. Esta historia tiene los nombres de dioses y héroes antiguos, pero como una tradición popular tardía, tales figuras y sus relaciones han cambiado con respecto a los originales. (Es lo que propone Anna Franklin en su libro "El anillo de las hadas") La misma autora cita a Lady Wilde y su libro "Ancient Legends, Mystic Charms and Superstitions of Ireland" Publicado en 1887, donde se describre a Oonagh o Una como la Reina de las Hadas Occidentales de Irlanda y esposa del Rey Finvarra. Esta fabulosa hada es más bella que cualquier mujer de la Tierra. Vive en Knockshegouna, también llamado "el montículo encantado de Oonagh", al este de Lough Derg. Su nombre alude al desarrollo de destrezas prácticas, sabiduría, el hallazgo de soluciones, ayuda, buen consejo y amistad. La leyenda en la que consta cómo Finn, gracias a su esposa Oonagh vence al gigante Cucullin está narrado en "Fairy Tales of Ireland" por W.B.Yeats.

domingo, 24 de junio de 2007

Las doce doncellas bailarinas

Es uno de mis cuentos favoritos recuperado por los hermanos Grimm. Narra la historia de 12 doncellas bailarinas que gastan todas las noches un par de zapatillas nuevas y no hay nadie que explique este suceso, por lo que el rey, su padre, llama a todos los jóvenes caballeros a descubrir el secreto y a cambio le dará la mano de una de las princesas y medio reino. (Para quienes quieran saber más al respecto entren a este website: www.surlalunefairytales.com) Hay una imagen que es la que más me cautiva: cuando las 12 doncellas viajan en una barca sobre un río subterráneo, para encontrarse con sus 12 caballeros y bailar toda la noche...

Es la barca que nos transporta al inconsciente, a ese mundo mágico donde podemos encontrarnos con nuesto castillo interior ( a este respecto existen maravillosas leyendas, especialmente las artúricas) que se refiere más a ese no-espacio, no-tiempo en el cual nos podemos internar y descubrir nuestra verdadera realidad.

Allí nos encontraremos, talvez, con los dragones, magos, brujos y hechiceras, doncellas, animales mágicos y parlantes, dioses y diosas, hadas y seres mágicos de todo tipo, que dan cuenta de la riqueza del mundo interior que pugna por salir. Si hallamos nuestro mito o cuento que mejor explique como nos sentimos en el ahora, talvez el mundo exterior se vuelva un espacio de mayor riqueza y flexibilidad.