sábado, 6 de octubre de 2007

Hathor, diosa egipcia del amor y la belleza

Ya he escrito en otras ocasiones sobre las diosas del amor y su relación con los ríos -alrededor del mundo y en muy diversas épocas. Pero hay otro vínculo igualmente significativo entre las diosas fluviales, el amor y las vacas. Sí, las vacas. Estos maravillosos animales son sagrados muy importantes en muchas culturas, ya que están firmemente ligadas a la fructificación de la Tierra y su producción de leche se compara con el flujo dador de vida del río. La leche es considerada el alimento primordial en muchas culturas. También son animales ligados a la Luna, la maternidad y el nacimiento. Una de las diosas más antiguas ligadas a la representación de vaca sagrada es Hathor.

Posiblemente, junto a la mitología hindú, la del antiguo Egipto es una de las mitologías que mayores mutaciones, crecimiento y transformaciones ha tenido. Gracias a los inmensos testimonios de esta civilización, es posible para los egiptólogos rastrear el desarrollo de sus creencias hasta la época pre-dinástica (al rededor de unos 3000 años a.C.). Hathor es una de las deidades primarias y fue una de las deidades más amadas, adoradas y celebradas en el Antiguo Egipto.
Algunos egiptólogos dan cuenta de la existencia de una Madre Primordial, llamada Mut, de quien surgen muchas otras divinidades femeninas, y a veces ésta es asociada con Hathor. Sin embargo, Hathor era más conocida y adorada como la diosa de las festividades, de la alegría, la belleza juvenil, la maternidad y la fertilidad, la belleza y el erotismo, de la danza y las artes musicales -con su instrumento el sistro- y especialmente del amor. Se decía que el amor infinito de Hathor era lo que mantenía la danza cósmica y gracias a éste fue creado el universo. Su representación más conocida es la de la vaca sagrada. A veces también se la conocía como la mujer con cabeza de vaca, o la bella mujer con cuernos y orejas de vaca y un disco solar entre ellos. Sus símbolos son el disco solar entre los cuernos, los collares, especialmente de turquesa, también la llave ankh, y la cobra, como un remanente de la serpiente primordial Wadjet.

En las mitologías, la leche materna no es sólo una poderosa fuente de sustento, sino también de la creación. Es por ello que de la ubre de la vaca celestial surge un océano lácteo (la vía láctea), que en el caso de Hathor es asociada también a las crecidas del río Nilo, ya que se llamaba a esta galaxia como "El río Nilo del Cielo". La leche también es el medio de transmisión de la dividnidad, y de esa leche primigenia fue amamantado el pequeño Horus por su madre y esposa Hathor, por ello su nombre significa "Casa de Horus". Posteriormente se la conoció como esposa (o madre o hija) de Ra y su aspecto de madre de Horus fue asimilado por Isis. Desde allí fue considerada como "el ojo sagrado de Ra". En este aspecto se dice que el dios solar la envió a espiar a los humanos bajo la forma de un gran ojo que todo lo ve. Hathor llegó a la conclusión de que las costumbres de los humanos eran deplorables y por ello adoptó una actitud salvaje disponiéndose a destruir a la humanidad, pero los demás dioses se alarmaron y buscaron refrenarla.


Hathor es entonces la madre de la creación y también es vista (aunque muy rara vez) como destructora. Esta función, como ya se ha dicho en el caso de otras diosas, es ligada a la Diosa Madre Primordial, que al ser fragmentada, se dividió en varias deidades que representen sus muy diversos aspectos. Por ello Hathor personificaba los placeres de la vida y en su aspecto de madre recibía a los muertos en Duat, dándoles comida y bebidas a manera de bienvenida. Su aspecto de destructora se ve reflejado en la diosa con cabeza de leona conocida como Sekhmet (también diosa de la medicina), quien procede de Hathor.

En esencia, Hathor era la diosa de la dicha y por ello era amada por toda la población tanto en el Alto como en el Bajo Egipto. También era conocida como la "dama de la embriaguez y del éxtasis". Y se dice que en sus celebraciones se bebía mucha cerveza y era posible el amor libre entre los jóvenes solteros. Las sacerdotisas de Hathor conocían las artes del amor e iniciaban a los jóvenes esposos para que supieran satisfacer a sus esposas. También conocían fórmulas de cremas, perfumes y aceites para mantenerse jóvenes y bellas.

Hathor era reverenciada por las mujeres debido a que representaba todo lo femenino, al igual que las características amables, gentiles, sensuales y tiernas de las mujeres a quienes protegía. Quienes aspiraban a ser la representación humana de esta multifacética diosa la apreciaban como madre, esposa y amante. La adoración de Hathor era tan popular que los sacerdotes podían ser tanto hombres como mujeres, lo cual era sumamente inusual. Estas características le hicieron ganar los títulos de "Señora de la Casa del Júbilo" y "Aquella que llena el santuario de Alegría". Muchas niñas fueron bautizadas en su honor con su nombre y la mayor cantidad de santuarios familiares y festividades eran en su nombre.

Por su carácter amoroso, a Hathor se la llamó "Madre de Luz", como la reina de los cielos y diosa cósmica, "Señora del sicómoro del Sur" como diosa de la muerte y del renacimiento, y "señora de la tierra Santa", como símbolo del nacimiento, que también se asocia a las aguas primarias de las fuentes divinas, léase cuando se rompa la placenta y corre el agua de la fuente anunciando la inminencia del parto (otra representación de las aguas fluviales y la vía láctea).

Naciones vecinas a los Egipcios también la adoptaron y la bautizaron "Dama de Nubia", "Reina de Libia", "Esposa de Siria", "Dama de Biblos" y "Grande de Palestina". Los griegos la asimilaron a su amada Afrodita, llamando a su ciudad Per-Hator, Afroditópolis.

Fuentes:
"Altares" de Peg Streep, "La Diosa" de Shahrukh Husain y http://www.rosanevolpatto.trd.br/deusahator.html

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