miércoles, 22 de marzo de 2017

Diosas solares: la ancestral Arinna

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Con su brillante luz, la diosa teje los días, brindando una nueva oportunidad para que las semillas germinen, la llama de la inspiración ilumine nuevos proyectos, se purifiquen y laven las heridas, se despejen los temores de la oscuridad de la noche.

Las diosas solares nos llaman para que bailemos, comamos y celebremos la posibilidad de elevarnos cada nuevo día para brillar un poco más. Tomar el sol diez minutos al día es una forma de contactarse con esa alegría de la luz.

En general se representaba a las diosas del Sol como tejedoras que conectan la luz y la vida de un día a otro, cuya energía femenina creativa y poderosa, es generativa. La fertilidad de la tierra y su capacidad de regenerarse, también evidencia el paso del tiempo, que a través de las estaciones nos dejan ver la danza de la vida, convirtiendo las tierras yermas del invierno en los frutos de la primavera. Las diosas solares tienen como símbolo el ojo, porque ilumina aquello que en la oscuridad no se puede ver. Por ello se considera que encuentran lo perdido, ven los actos de los malhechores, traen justicia a las situaciones y las sociedades, brindando la ley divina, el juicio correcto y el autogobierno.

La diosa Arinniti
En el antiguo imperio hitita, pueblo de la antigüedad asentado en la actual Turquía, en la región conocida como Anatolia. Una de las diosas principales era Arinna, también conocida como Ariniddu o Arinniti. Estaba casada con el dios del clima Tarhun. Su templo parece haber estado situado en Arinna, ciudad que se cree quedaba cerca de la capital Hattusa. Arinna como diosa solar se destacaba por sus cualidades cálidas y protección ante guerras y desastres, su juicio era justo y su misericordia.

Se cree que Arinna era originalmente una diosa ctónica y por ello se dice que era la “diosa solar de la tierra”. En este rol, la diosa actuaba como psicopompo. Un psicopompo es un guía que conduce a los difuntos en y a través del inframundo con su luz. Por ello se consideraba que en las noches, cuando el sol se ocultaba de la faz de la tierra, ella se dirigía hacia el mundo de los muertos para guiaros y alimentarlos.
Psicológicamente, un psicopompo es un guía del alma. Se utilizan las imágenes de los sueños, el arte y las “visiones” como medios para tomar consciencia de aquello que sucede en el inconsciente. La luz de la diosa enseña la naturaleza propia, la que no deseamos reconocer o ver de nosotros mismos, guiándonos hacia el reconocimiento de nuestra propia sombra (según los Jung). Como tal, sería la guía hacia la transmutación.


En cuanto a la transmutación, las diosas solares regían los ciclos de la vida y de la muerte, del tiempo, del cambio y la regeneración. Tomaban lo que fenece y lo transmutaban en alimento para una nueva vida. Así también, como psicopompos pueden mostrar con su luz lo que está en el inframundo o inconsciente y usar esos elementos para alimentar la una nueva vida de la consciencia. Si se apareció Arinniti en tu vida, te está llamando a conocer tus sueños, prestar atención a algo nuevo que quiere surgir hacia la consciencia y alimentarlo con amor, con calidez y compasión, a darle la luz que necesita.

Fuentes: 
Libros: HUSAIN, Shahrukh, La Diosa; Woodfield, Stephanie, Drawing down the Sun;
Websites: https://mydevotionstodea.wordpress.com/category/goddess-of-arinna/
https://www.britannica.com/topic/Anatolian-religion#ref559580