martes, 4 de marzo de 2008

Las Doncellas del Mágico Reino Verde.

Para los verdaderos buscadores de hadas, el mundo ordinario se revela como un campo de infinitas posibilidades para el encuentro con estos seres mágicos. El corazón de la naturaleza es inmenso y penetrarlo es entrar al escenario de nuestra propia alma, para poder escuchar la canción mágica del mundo faérico. 

Un espacio que ha guardado desde siempre un aura mágica, ha sido el mítico "bosque". Al entrar a los bosques, levantamos el sutil velo entre los mundos y penetramos en el espacio inmenso de los sueños.

Los bosques, en especial lo que queda de impoluto en ellos, son los lugares comúnmente preferidos por las hadas. Se esconden en los claroscuros que nos confunden como si nos hallásemos dentro de un laberinto. Marcan las rutas con significados secretos y al seguirlas caemos más y más adentro del encanto del bosque que nos llama y nos rodea. Al perdernos entre los árboles, nos hallamos en camino de encontrar el Reino de las Hadas. A veces parece que aquellos gigantescos árboles, que nos sumen en la penumbra, atraen a los caminantes entre los mundos y nos invitan a perdernos y a penetrar en los secretos mundos del inconsciente. 
Como siempre, el que entra en el bosque con el corazón puro y buenas intenciones, nada teme; los demás aténganse a las consecuencias de su propia oscuridad y miedos.

Entre los muchos y maravillosos seres que podemos encontrar en los bosques son: 


También encontramos a las Damas Verdes. Se dice de ellas que han renacido de los destruidos y olvidados mundos antiguos, tan pronto como la naturaleza tomó otras formas. Estas doncellas emergieron del alma de la vegetación al amanecer, con el primer aliento del sol sobre la tierra. Surgieron de hojas, flores, musgo, escapando y a la vez retornando al/del espíritu que puebla los bosques.
Encontrar una dama verde es un indicio de vitalidad, energía, progreso y expansión.

Las damas verdes no deben su nombre al color de su piel, sino al de su ropa, que combina el verde en todas sus sombras. Ellas viven en el color de aquello que crece y por ello el verde es el color de los duendes. Las doncellas o damas verdes son las hijas de la luz. Se las suele confundir con otro tipo de hadas porque estos espíritus elementales han cambiado a través de los tiempos, tomando nombres y apariencias distintas, debido a que son seres muy antiguos. En su estado actual muy poco queda de inocencia y de silvestre. 

Viven alrededor de todo el mundo y son extremadamente bellas. En el pasado eran reverenciadas como diosas de los bosques y protectoras de la flora y la fauna del lugar donde habitaban y también guardianas de fabulosos tesoros.

Se dice de las Damas Verdes que al ser hijas de la luz son encantadoras e indescriptibles. Lastimosamente la mentalidad medieval las transformó en fantasmas y arpías, pero en realidad son seres llenos de bondad. Usualmente aparecen en las leyendas donde caballeros, príncipes y paladines caen perdidamente enamorados de misteriosas hadas, como Melusina.

Para los seres de los Reinos Mágicos, las Damas Verdes todavía son las guardianas del "espíritu del Reino Verde" y de la vida de los sueños, de las hadas y de las auroras. Sin ellas no habría campos verdes, hermosas flores ni arroyuelos cantarinos. No habría nada más que oscuridad y cenizas.

Fuentes: Pierre Dubois, "The Great Encyclopedia of Faeries"; Anna Franklin, "El Anillo de las hadas" .

2 comentarios:

Javier Galarza dijo...

entre los elementales de aire descanso mi naturaleza pisciana para curarme en otros reinos, cuando el mundo hiere de realidad.

Anónimo dijo...

si las adas son una realidad, si ciertamente existen debo decir que encontre en vida un hada que cambio todo lo que venia haciendo hasta ahora, te amo VAL.